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Writer's pictureRuth Albores

La compasión en palabras de Kristin Neff


Durante el último año de la escuela de posgrado, Kristin Neff se interesó por el budismo y desde entonces ha estado practicando la meditación en la tradición de la meditación Insight. Mientras realizaba su trabajo posdoctoral, decidió realizar una investigación sobre la autocompasión, una construcción central en la psicología budista y que aún no se había examinado empíricamente. Kristin es pionera en el campo de la investigación de la autocompasión, y creó una escala para medir el constructo hace más de quince años. Además de escribir numerosos artículos académicos y capítulos de libros sobre el tema, es autora del libro Autocompasión: el poder comprobado de ser amable contigo mismo.


¿QUE ES COMPASION?


Tener compasión por uno mismo no es realmente diferente a tener compasión por los demás. Piense en cómo se siente la experiencia de la compasión. Primero, para tener compasión por los demás, debes notar que están sufriendo. Si ignora a esa persona sin hogar en la calle, no puede sentir compasión por lo difícil que es su experiencia. En segundo lugar, la compasión implica sentirse conmovido por el sufrimiento de los demás para que su corazón responda a su dolor (la palabra compasión significa literalmente "sufrir con"). Cuando esto ocurre, sientes calidez, cariño y el deseo de ayudar a la persona que sufre de alguna manera. Tener compasión también significa que ofreces comprensión y bondad a los demás cuando fallan o cometen errores, en lugar de juzgarlos con dureza. Finalmente, cuando sientes compasión por otro (en lugar de mera lástima), significa que te das cuenta de que el sufrimiento, el fracaso y la imperfección son parte de la experiencia humana compartida.

La autocompasión implica actuar de la misma manera contigo mismo cuando estás pasando por un momento difícil, fallas o notas algo que no te gusta de ti mismo. En lugar de juzgarte y criticarte sin piedad por varias deficiencias, la autocompasión significa que eres amable y comprensivo cuando te enfrentas a fallas personales; después de todo, ¿quién dijo que se suponía que eras perfecto?

Quizás lo más importante es que tener compasión por ti mismo significa que honras y aceptas tu humanidad. Las cosas no siempre saldrán como uno desea. Encontrarás frustraciones, se producirán pérdidas, cometerás errores, te enfrentarás a tus limitaciones, no alcanzarás tus ideales. Esta es la condición humana, una realidad compartida por todos. Cuanto más abra su corazón a esta realidad en lugar de luchar constantemente contra ella, más podrá sentir compasión por usted mismo y por todos sus semejantes en la experiencia de la vida.

Hay algunos consejos para practicar la autocompasión que es importante tener en cuenta tanto para los practicantes novatos como para los experimentados. La autocompasión es una práctica de buena voluntad, no buenos sentimientos. En otras palabras, aunque la actitud amistosa y solidaria de la autocompasión tiene como objetivo aliviar el sufrimiento, no siempre podemos controlar cómo son las cosas. Si utilizamos la práctica de la autocompasión para tratar de hacer que nuestro dolor desaparezca reprimiéndolo o luchando contra él, es probable que las cosas empeoren. Con autocompasión aceptamos conscientemente que el momento es doloroso y nos abrazamos con amabilidad y cuidado en respuesta, recordando que la imperfección es parte de la experiencia humana compartida. Esto nos permite mantenernos en el amor y la conexión, brindándonos el apoyo y la comodidad necesarios para soportar el dolor, al tiempo que nos brinda las condiciones óptimas para el crecimiento y la transformación.


Algunas personas descubren que cuando practican la autocompasión, su dolor en realidad aumenta al principio. A este fenómeno lo llamamos backdraft, un término de extinción de incendios que describe lo que sucede cuando se abre la puerta de una casa en llamas: entra oxígeno y salen llamas. Un proceso similar puede ocurrir cuando abrimos la puerta de nuestro corazón: el amor entra y el viejo dolor sale. Hay un par de dichos que describen este proceso: “Cuando nos damos amor incondicional, descubrimos las condiciones en las que no fuimos amados” o “El amor revela todo lo que no es él mismo”. Afortunadamente, podemos enfrentarnos al dolor antiguo con los recursos de la atención plena y la autocompasión, y el corazón comenzará a sanar naturalmente. Aún así, significa que tenemos que permitirnos ser aprendices lentos cuando se trata de practicar la autocompasión. Y si alguna vez nos sentimos abrumados por emociones difíciles, la respuesta más autocompasiva puede ser retroceder temporalmente: concentrarse en la respiración, en la sensación de las plantas de nuestros pies en el suelo, tomar una taza de té o acariciar a nuestra mascota. Al hacerlo, reforzamos el hábito de la autocompasión, dándonos lo que necesitamos en el momento, plantando semillas que eventualmente florecerán y crecerán.

Aquí puedes acceder a la página oficial de Kristen Neff:

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